A cualquier edad, la pérdida auditiva es una situación que resta calidad de vida, sin embargo la población de la tercera edad es la que presenta mayor incidencia en hipoacusia bilateral, unilateral u otro padecimiento que les impide escuchar adecuadamente; además, debido al proceso de envejecimiento la situación puede agravarse.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de la hipoacusia en la tercera edad es de un 30% en personas mayores de 65 años, y del 60% en mayores de 85 años; este organismo indica que la hipoacusia es la tercera patología que conlleva a la discapacidad y al deterioro de la calidad de vida.
¿Es normal perder la audición al envejecer?
La hipoacusia tiene diversas causas, siendo la presbiacusia la de mayor incidencia, lo que implica que además de la exposición al ruido, infecciones, enfermedades o causas genéticas, después de los 60 años de edad, la audición disminuye 1 dB en promedio cada año. Este padecimiento no debe tomarse a la ligera, ya que cuando comienza la perdida auditiva de forma natural, es progresiva y paulatina y su efecto ya no puede revertirse.
Es importante no ver como algo normal que el adulto mayor sufra un deterioro de su capacidad auditiva, y mucho menos que no se busquen alternativas, ya que esta problemática suele traer sentimientos de soledad, frustración, aislamiento, enojo y causar múltiples conflictos en la familia como consecuencia de malos entendidos.
Los adultos mayores, además de ver disminuida su capacidad para escuchar, pueden no comprender las palabras, especialmente en lugares con mucho ruido, música o cuando hay varias personas hablando; muchos se vuelven sensibles ante los sonidos agudos, por lo que hablarles fuerte o gritarles no es la mejor alternativa y suelen acabar enojándose porque el ruido del grito les lastima.
Además, suelen comenzar a sentirse inútiles, se aíslan de familiares y seres queridos por no poder hablar con ellos, pierden el interés en las conversaciones, algunas personas escuchan una especie de zumbido en el oído (tinnitus) que “invade” su cabeza y los vuelve retraídos.
Este retraimiento social conlleva un deterioro cognitivo, que se relaciona con otros trastornos de la salud mental como depresión, ansiedad y Alzheimer. Por ello, si bien la pérdida auditiva no es reversible sí debe tratarse para que el adulto mayor pueda recuperar su calidad de vida para interactuar y comunicarse con sus seres queridos.
Si notas que tú, tus padres o abuelos comienzan a subir demasiado el volumen de sus aparatos, no escuchan sonidos como el teléfono, el timbre o las conversaciones normales, o que escuchan pero no comprenden lo que se les dice, no esperes más y acude con el médico para actuar a tiempo y brindar el tratamiento adecuado a su padecimiento.