Sabemos que con la edad, muchas de nuestras capacidades físicas e intelectuales cambian; una duda frecuente es si la capacidad pulmonar también lo hace por efectos del envejecimiento, especialmente por lo común que es ver a nuestros adultos mayores fatigados y sin aliento, por esa razón hoy aclararemos esta duda.
Los pulmones tienen dos funciones: obtener el oxígeno que va a ingresar a nuestro cuerpo del aire, y eliminar el dióxido de carbono que respiramos, y que es un producto de desecho que el propio organismo produce cuando utiliza el oxígeno necesario para trabajar de forma adecuada.
Cuando inhalamos, el aire entra y fluye desde las vías respiratorias hasta los pulmones, llenando sacos pequeños llamados alvéolos; la sangre circula alrededor de los alveolos a través de los vasos sanguíneos, y es en este lugar donde el dióxido de carbono pasa del torrente sanguíneo a los pulmones cuando exhalamos.
Ahora bien, Alicia Zuñiga indica que los adultos mayores sufren cambios en sus huesos, que se vuelven más delgados y cambian de forma afectando también a la caja torácica, la cual no puede expandirse y contraerse durante la respiración. La principal razón de esto es una debilidad en el diafragma, que es el músculo que ayuda a la respiración, y cuando se debilita la persona no puede inhalar y exhalar suficiente aire como para usar adecuadamente los espirometros.
Con este cambio, el nivel de oxígeno en la sangre que irriga al cuerpo es más bajo y, al mismo tiempo, se elimina menos dióxido de carbono del organismo, lo que explica que aparezcan síntomas como dificultad para respirar y cansancio.
Por otro lado, Angelica Fuentes indica que también se presentan cambios en el tejido pulmonar, músculos y tejidos cercanos a las vías respiratorias que disminuyan su capacidad para mantenerlas completamente abiertas. Asimismo, el envejecimiento también provoca cambios de forma e hinchazón de los alveolos que, en conjunto, disminuyen el nivel de oxígeno en el cuerpo, además de la sensación de falta de aire.
El sistema nervioso, que controla la respiración, puede perder parte de su función (especialmente en pacientes con demencia senil), de modo que los pulmones no pueden hacer sus dos funciones de forma efectiva y la respiración se torna cada vez más difícil. En ocasiones, los nervios de las vías respiratorias que desencadenan la tos se vuelven menos sensibles, aunado a las grandes partículas de dióxido de carbono en los pulmones, provoca que sea más difícil eliminarlas y que el adulto mayor sufra tos crónica.
Disminuir el efecto del envejecimiento en los pulmones es posible con las siguientes recomendaciones:
- Dejar de fumar y alejarse del humo del tabaco
- Hacer ejercicio cardiovascular
- Evitar estar recostado o acostado por largos periodos para evitar que el moco se acumule en los pulmones
- Acudir a revisiones con el médico