El amor en la tercera edad es un tema olvidado y poco atendido, la sociedad general relaciona los conceptos de amor, sexualidad y romanticismo con la juventud, olvidando que el adulto mayor también necesita ser amado. En este post hablaremos del amor en la tercera edad, las relaciones íntimas y las relaciones de pareja después de haber enviudado.
Superar la muerte del ser amado es muy difícil, algunas personas no pueden dejar atrás los recuerdos de la pareja con la que construyeron una vida entera, tuvieron hijos, pasaron por largas enfermedades y se amaron profundamente. El amor en la tercera edad les suena imposible, polémico y hasta inmoral, no sólo al adulto mayor, los hijos pueden sentir que el adulto mayor reemplaza rápidamente a su padre o madre fallecida.
El amor en la tercera edad depende de una serie de factores físicos, emocionales, psicológicos y afectivos como la salud, el interés por relacionarse con personas de la misma edad, el encuentro de una nueva pareja afectiva con la que exista afinidad emocional y el deseo de mantener relaciones íntimas.
Las relaciones de amor en la tercera edad se basan en aspectos más sólidos que en otras etapas de la vida: los intereses en común, actividades compartidas, aspectos culturales (y hasta religiosos) y suele nacer en esta etapa una relación de ternura asexuada que permite a la pareja tener una relación profunda basada en el amor, respeto y goce de la mutua compañía.
Sin embargo, el amor en la tercera edad puede ser nublado por la presión social, miedo al “qué dirán” y las constantes críticas de los familiares que pueden manifestarse en desacuerdo de la nueva relación de pareja o preguntarse irónicamente si están atrapados bajo la influencia de hechizos de amor.
El amor en la tercera edad tiene la capacidad de rejuvenecer a la pareja que se siente ilusionada y motivada para seguir viviendo, disfrutando el presente al máximo. Los familiares e hijos aceptarán con el tiempo la nueva relación, pues como bien dicen. El amor en la tercera edad es descubrimiento, es ternura, es compartir experiencias de una etapa llena de plenitud…
Contrario a otras etapas de la vida en las que, al buscar una relación de pareja predominan la atracción sexual, el romanticismo exagerado o los intereses económicos, el amor en la tercera edad es sano y maduro; ambos caminan de la mano, paso a paso, acompañándose en los achaques, en la enfermedad, en los nietos.
El amor en la tercera edad ve disminuido el egoísmo, la vanidad, la superficialidad de los pleitos sin sentido. Ambos se abrazan todas las noches, esperando el “juntos por siempre” y el “hasta que la muerte nos separe”.