Octubre, el mes de sensibilización sobre el cáncer de mama, un llamado para realizarse los análisis preventivos y concientizar a las personas sobre la importancia del diagnóstico oportuno del cáncer, una enfermedad frecuente en las personas de la tercera edad; el cáncer de mama afecta a cada 29 mujeres de más de 70 años, pues con la edad se incrementan los riesgos de enfermedades como artritis, hipertensión, insuficiencia cardíaca, síndromes geriátricos, entre otros males.
El organismo se compone por células, que se replican, pero también envecejen y al envejecer, tienen mayor riesgo de errores al replicarse, por lo que incrementan los riesgos de cáncer con la edad. Si bien el cáncer no es un mal que pueda prevenirse con determinadas acciones, debemos enfocarnos en mantener un buen estado de salud, alimentándonos adecuadamente, haciendo ejercicio y acudiendo frecuentemente a revisiones médicas, ya que la detección temprana del cáncer brinda mejores pronósticos de recuperación al paciente.
Una mujer de la tercera edad con diagnóstico de cáncer de mama debe ser tratada por un especialista en oncología y en geriatría, ya que el tratamiento contra el cáncer de mama para una mujer de menor edad consiste en radioterapia, quimioterapia, cirugía y hormonas, que se metabolizan en el hígado y riñones, además de tener efectos en el corazón. Una persona de 70 años o más, con antecedentes de infarto o problemas hepáticos requiere dosis y tratamientos especiales; además, a partir de dicha edad, las características de los tumores son diferentes, pues 70% de las mujeres postmenopáusicas tienen tumores que responden al tratamiento hormonal, mientras que el mismo porcentaje de mujeres pre menopáusicas no responden a la hormona, por lo que las pacientes de la tercera edad tienen una opción más para el tratamiento.
La expectativa de vida y recuperación de una persona de la tercera edad con cáncer de mama dependen del estadio clínico y de su estado de salud general, por lo que es importante prevenir la aparición de otras patologías que puedan mermar la salud de la paciente y complicar el tratamiento contra el cáncer.
A partir de los 40 años, se recomienda a las mujeres que se realicen un examen físico completo de forma anual, en el que se incluya la revisión de los senos para detectar cualquier anomalía, cambio o secreción, de modo que sea el mismo médico quien indique la necesidad de una mamografía para verificar el buen estado de salud de la paciente.
Además del tratamiento médico, podemos buscar la ayuda de un psicólogo para ayudar a la paciente de la tercera edad a afrontar sucesos dolorosos como un diagnóstico de cáncer.