La pérdida de la audición, sordera o hipoacusia suele ser un fenómeno asociado con la edad, al que pocas veces damos mayor importancia hasta que requerimos de un audífono para poder comunicarnos con las personas que nos rodean. Muchos son los síntomas de una persona que pierde el oído: aislamiento, ansiedad, depresión, falta de comunicación con sus familiares, entre otros, sin embargo es importante la atención médica pues estos síntomas son los mismos que los del Alzheimer y las consecuencias pueden ser graves si no se trata a tiempo.
Una persona que deja de escuchar ciertas palabras desde hace mucho tiempo, puede llegar a olvidarlas, por lo que podemos confundir una enfermedad con la otra: mientras que la hipoacusia consiste en la pérdida de la capacidad de reconocimiento del sonido, el Alzheimer se conoce como la enfermedad del olvido, en la que pueden no reconocer a la persona que les habla ni entender las palabras que se les dice.
Se recomienda que a partir de los 60 años se realicen evaluaciones de la capacidad auditiva con frecuencia, pues con el paso de los años el oído también envejece y va perdiendo sus facultades, provocando el aislamiento social. Múltiples investigaciones indican que las personas con hipoacusia pierden su capacidad cognoscitiva hasta un 40% más rápido que las personas con audición normal, lo que podría provocar la aparición de la demencia senil incluso con mayor rapidez que la diabetes e hipertensión, también relacionadas con el Alzheimer.
Las personas con hipoacusia se esfuerzan mucho por comprender lo que escuchan, quitando recursos disponibles para otras funciones cerebrales, además se ha encontrado mediante estudios de imagen que la pérdida auditiva afecta la estructura cerebral, contribuyendo a la aparición de problemas cognitivos. El hecho de llevar señales de voz más claras al cerebro permite que las estructuras recuperen su tamaño y función original.
El aislamiento social desempeña un rola importante, pues las personas con hipoacusia suelen huir de eventos sociales donde tengan que esforzarse para conversar, este aislamiento es un factor de riesgo de deterioro cognitivo y demencia senil.
La tecnología moderna nos brinda diferentes alternativas de tratamiento contra la sordera, siendo los audífonos la mejor opción, sin embargo los estudios para comprobar que estos aparatos son eficaces en la prevención del Alzheimer aún no concluyen, por lo que se recomienda visitar al médico con frecuencia y hacernos los análisis correspondientes para asegurarnos una vejez saludable y feliz en compañía de nuestros seres queridos.
