Adultos mayores, vulnerables a vivir con depresión

A lo largo de la vida el ser humano pasa por varias etapas: la niñez, la adolescencia, la adultez y finalmente la tercera edad, y cada una está acompaña tanto de cambios físicos como mentales. Durante cada parte de la vida las personas pueden ser más vulnerables de manifestar trastornos psicológicos como ansiedad y estrés durante la adultez o depresión en la tercera edad. Esto se debe a los diferentes cambios en el estilo de vida que van teniendo.

Una creencia idealista de la vejez es que se puede vivir con plena tranquilidad, aprovechar el tiempo libre para reflexionar y realizar actividades que durante la juventud no se pudieron hacer por tener otras prioridades, y aunque esto sería el mejor escenario para vivir la última etapa, la realidad de muchos adultos mayores es muy diferente.

Existen ciertos acontecimientos que se pueden presentar durante la tercera edad como: padecimientos médicos crónicos, la pérdida de seres queridos, la incapacidad para realizar actividades físicas, el aislamiento social o problemas financieros. Todo esto puede convertirse en una carga emocional para las personas que envejecen.

Los adultos mayores puede comenzar a sentir que pierden el control de su vida, sobre todo por los padecimientos físicos que pueden experimentar como ya no escuchar bien, no tener la misma visión, olvidar las cosas o tener dificultades para moverse. Todo esto puede llevarlos a experimentar emociones negativas como soledad, baja autoestima y tristeza, lo cual puede desencadenar en la depresión.

La depresión crónica es un padecimiento psicológico que además de tener consecuencias en la mente de las personas, también las tiene en su salud. En los adultos mayores la depresión puede agravar problemas de salud que ya existían o provocar nuevas preocupaciones.

El riesgo de padecer depresión en una edad avanzada no sólo se limita a los cambios de vida que se tienen, de acuerdo con la Asociación Americana de Psicología algunos estudios han demostrado que cambios corporales naturales aumentan el riesgo de tener depresión. Alguno de ellos son las bajas concentraciones de folato en la sangre y el sistema nervioso.

Consecuencias de la depresión en adultos mayores

Aunque la causa de la depresión es vital para recomendar un tratamiento, sin importar qué la ocasione la depresión tiene consecuencias muy graves para los adultos de la tercera edad. Algunos estudios de la Asociación Americana de Psicología han mostrado que el índice de mortalidad de las personas mayores con depresión es mucho mayor que el de personas que se encuentran cómodas con sus vidas. También se ha demostrado que las personas que tienen enfermedades graves como las cardiovasculares pueden tomarles más tiempo recuperarse satisfactoriamente si tienen depresión.

Las personas mayores con depresión también son más susceptibles de padecer insomnio y tener tiempos de reacción más largos e incluso pérdida de memoria, lo cual puede llevarlos a correr graves riesgos al momento de realizar actividades cotidianas como cocinar, conducir o salir a la calle.

Otro cambio que experimentan los adultos mayores con depresión está relacionado con sus hábitos alimenticios. Algunos pueden terminar siendo personas obesas porque ingieren más comida que la que su cuerpo necesita y por otro lado hay quienes pierden el apetito y pueden sufrir lo que se conoce como anorexia geriátrica.

¿Qué hacer con un adulto mayor con depresión?

Cuanto se identifican señales como carácter más irritable, indiferencia ante situaciones que antes disfrutaba, llanto frecuente, suspensión de tratamientos médicos, menos socialización o dormir más, se pueden estar frente a una persona mayor con depresión. Si es el caso lo mejor que se puede hacer es consultar con un especialista de la salud para que pueda descartar padecimientos médicos más graves o incluso casos de demencia.

Además el médico podrá orientar a la familia para ayudar a la persona mayor a vivir mejor. Aunque todos pueden ayudar a que la persona no caiga en un estado de depresión a través de actividades como integrarlo con la familia, escucharlo, no minimizar sus opiniones y alentarlo a que continúe haciendo lo que le gusta a su ritmo. No es normal que las personas mayores vivan con depresión, por lo que debe ser tratada con el mismo rigor y atención que cualquier otro padecimiento médico.

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