Alrededor del mundo las tasas de infartos han incrementado notoriamente, preocupando a la población general por lo sorpresivo en que puede presentarse un ataque al corazón. En todo el mundo 1,25 millones de personas fallecen cada año a causa de accidentes viales, sin embargo no todas estas causas se deben a la imprudencia del conductor o a la presencia de alcohol y drogas, hay una causa que pasa casi desapercibida, a pesar de tener un alto índice de probabilidad: la muerte por infarto del conductor, quien puede ocasionar más accidentes a su alrededor sin darse cuenta; los desfibriladores automáticos son una solución que se está convirtiendo en obligatoria en algunos países.
Se calcula que 1 de cada 5 fallecimientos en el mundo se deben al infarto, lo que lo convierte en la primera causa de defunción; en países como España se han colocado desfibriladores portátiles en ciertos espacios de uso público, en zonas externas al sector sanitario. La venta de desfibriladores automáticos externos se ha incrementado debido a que las normativas han contemplado como obligatorio su uso, pero también porque cada vez más instituciones se han dado cuenta de la importancia de contar con servicios de primeros auxilios al interior de sus instalaciones, lo que podría ayudarles a salvar vidas aún antes de que lleguen los servicios de emergencia.
El desfibrilador automático externo (DAE) es un dispositivo eficaz para el rápido diagnóstico y tratamiento del paro cardiorrespiratorio, cuando este tiene como causa la fibrilación ventricular, es decir que el corazón tiene actividad eléctrica, pero no mecánica para realizar el bombeo de sangre necesario para el organismo; el DAE también se utiliza cuando el infarto se ocasiona por una taquicardia ventricular sin pulso, es decir, cuando el corazón tiene actividad eléctrica pero un ineficaz bombeo de sangre. El mecanismo de acción del DAE consiste en la emisión de un impulso eléctrico al corazón, que puede despolarizar a las células del miocardio para restablecer el pulso rápida y eficazmente.
A pesar de que en muchos lugares podemos encontrar desfibriladores en zonas públicas, la problemática del infarto en el automóvil ha puesto a pensar a las empresas fabricantes de autos; la famosa marca Ford en el año 2011 presentó un asiento con control del ritmo cardíaco mediante un electrocardiograma, mientras que en Japón se está realizando un proyecto sobre vehículos que detecten el infarto a bordo.
En Alemania ya es obligatorio para los automovilistas portar un botiquín en el maletero de su automóvil, y que dentro del kit de primeros auxilios básicos exista un desfibrilador, podría ser cuestión de tiempo para que esta medida llegue a otros países; incluso portar un DAE puede servir para atender a un peatón o a un familiar que acompañe al chofer y lo requiera.
En España, donde ya existen muchos espacios cardioprotegidos, se ha presentado una iniciativa para el impulso del desfibrilador en el automóvil denominada Healthy Car; las personas encargadas de este proyecto indican que el protocolo de instalación es sencillo, económico y que se requiere un pequeño curso de capacitación para saber utilizarlo efectivamente. Si bien la intención no es convertir a cada automóvil en una pequeña ambulancia, se pretende contar con lo necesario para prevenir los fallecimientos vehiculares.