Estudios han comprobado que las casas que no cuentan con un sistema de seguridad, por mínimo que sea, tiene el triple de probabilidad de ser objeto de robo que aquéllas que tienen algún sistema de protección. También es cierto que los domicilios que han sido robados al menos una vez tienen mayores probabilidades de ser asaltados nuevamente, a menos que se instalen alarmas para casa o algún otro medio de alerta.
Hoy más que nunca es importante contar con un sistema de seguridad para el hogar para proteger a su familia. Existen varias opciones de bajo costo y fáciles de instalar que pueden ayudarlo a proteger sus bienes y a sus seres queridos; algunos de ellos dan aviso de manera automática a las autoridades para que reciba apoyo de forma inmediata, o bien, están conectadas con compañías de seguridad privada.
Casi todos los sistemas de seguridad cuentan con un panel de control central que se ubica regularmente en la entrada del domicilio, en la cocina o en otro punto de fácil acceso para los habitantes. Desde allí se controlan las funciones del dispositivo, ya sea que se trate de un grupo de cámaras de vigilancia, un sensor de movimiento, cerrojos electrónicos o alambre electrificado. Debe contar con una contraseña que permita acceder al sistema, así como candados que eviten su operación por un tercero. También debe tener una pila de reserva para que el sistema siga en funcionamiento en caso de falta de corriente eléctrica.
Uno de los sistemas más comunes son las sirenas, ya que tienden a asustar a los ladrones y los hacen huir antes de que tengan tiempo de buscar y tomar alguna cosa de valor. Las sirenas suelen colocarse en los marcos de las puertas y ventanas, entradas de ventilación y puertas de los garajes, de modo que si alguno de estos accesos se abre mientras la alarma está encendida, un fuerte ruido alertará a los habitantes de la casa (y seguramente a todos los vecinos) de una irrupción. Existen modelos con control de tiempo y con luces que iluminan la zona donde se produjo la activación del sistema.
Es importante, al contratar los servicios de una agencia especializada en la venta e instalación de equipo de seguridad doméstica, tener la certeza de que los dispositivos que se adquieren responden a las necesidades de los usuarios, considerando el número de personas que viven en la casa, así como su ubicación y posibilidades de ser objetivo de un robo.