Darle rienda suelta a nuestra imaginación puede tener muchos resultados, hay quienes dicen que hacer música es hacer hablar a nuestra alma, hay quienes dicen escribir es expresar secretos que teníamos incluso para nosotros mismos; pero definitivamente es cuando dibujamos o cuando pintamos que dejamos que nuestra mente viaje, que nos deslindemos un poco de todo el lugar y la situación que vivimos y nos vayamos a lugares que sólo nosotros conocemos. Crear arte es algo tan liberador porque no tiene pautas, no debe ser de ninguna manera, solamente debe ser una expresión de nuestra alma, un lenguaje que rebasa a las palabras.
Muchas veces al dibujar, expresamos cosas que de otra manera no podemos y ayudamos a nuestra memoria a que se refuerce y recuerde cosas y a nuestra mente a que se agilice ya que crear trazos es muy estimulante para nuestra mente debido a que los trazos pueden tomar cualquier forma y algo que pudo haber empezado siendo una manzana puede terminar siendo un paisaje o una forma humana.
Podemos dibujar muchas cosas, en ocasiones a las personas para conservar la memoria, gustan de dibujar lugares que recuerdan de su infancia, de su adolescencia y juventud, dibujan la casa en la que crecieron, el pueblo que visitaban, el cuarto en el que dormían, e incluso escenas específicas que recuerdan, algún momento clave que marcó sus vidas para siempre y deciden recrear. Por otro lado hay quienes prefieren dibujar a personas, a sus padres, a sus hijos, hermanos, su pareja de bodas, un amor secreto que nunca se realizó, etc., todos los dibujos tienen una historia detrás de ellos, o si son personas o paisajes que no son recuerdos sino que salen de sus mentes como creaciones propias, también suelen tener una historia detrás de ellos, lo que es una doble creación, ya que no solamente crean al personaje en la imagen sino que le dan una historia, le crean una vida y a veces incluso diálogos.
Para agilizar nuestra mente activa, podemos hacer dibujos sacados de nuestra realidad próxima, podemos tener el lienzo en blanco y voltear a nuestro alrededor, dibujar una silla, una fruta, una persona que esté cerca de nosotros, recrear una escena que estamos viendo desarrollarse, o incluso podemos hacer una historia dibujada como una especie de cómic, que no tenga palabras y solamente se exprese por medio de los dibujos y la secuencia que decidamos darle.
Hay miles de opciones para dibujar, solamente tenemos que elegir la que más nos llame la atención y todo lo que tenemos que hacer después es dejarnos ir.