Las manos son nuestro principal instrumento: las usamos para realizar todas las actividades de la vida cotidiana, desde cocinar, peinarnos, escribir, hasta desempeñar todo tipo de trabajos. Por ello, cuando se presenta el dolor de manos puede llegar a ser una situación incapacitante, especialmente en la tercera edad.
Los adultos mayores sufren muchos padecimientos que pueden afectar a sus manos: artritis, artrosis, dedos en resorte, tendinitis, tendosinovitis, dedos en palillo de tambor, quistes sinoviales, además de enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer, que pueden causar inflamación, temblores en las manos y mucho dolor.
Las enfermedades y molestias en las manos deben recibir tratamiento de inmediato, ya que las articulaciones que dejan de utilizarse por el dolor van atrofiándose, de modo que con el tiempo el adulto mayor va experimentando mayor rigidez, daños en los nervios o incluso deformaciones en las manos.
El profesional de la salud encargado de estos dolores es el traumatólogo ortopedista, quien debe explorar las manos del adulto mayor además de realizar análisis sanguíneos y de imagen para un diagnóstico certero. En ocasiones, tratamientos no convencionales como la infiltración de ozono médico, la suplementación con ácido hialurónico, cartílago de tiburón, colágeno hidrolizado, entre otros, son grandes aliados para fortalecer los cartílagos, reducir la inflamación y el derrame de líquido sinovial, de modo que los tejidos tienen la capacidad de autorrepararse.
Otro tratamiento muy sonado en el mundo de la medicina es la artroscopia, que suele indicarse para enfermedades que afectan a las muñecas y que permiten diagnosticar y tratar en una sola sesión, con cortes muy pequeños y que no dejan cicatriz.
La terapia física y ocupacional son excelentes aliados en la recuperación del movimiento tras cuadros severos de dolor de manos, y son muy recomendadas para los adultos mayores ya que la inmovilidad persistente puede generar tejido cicatricial, síndromes de compresión nerviosa, alteraciones de la movilidad o de la sensibilidad, incluso debilidad lo que puede provocar que el adulto mayor deje de hacer las actividades que más le gustan y persistir tanto en la inmovilidad como en el aislamiento social, condiciones que aceleran el deterioro físico y cognitivo.
El mejor tratamiento para los dolores de manos es multidisciplinario, es decir, la combinación de terapia física, una cirugía artroscópica (en caso de ser necesario) y la suplementación para recuperar la calidad de vida y el movimiento, con lo que el adulto mayor también sentirá que recupera años ya que una vida sin dolor se disfruta más.